Historia #32: LA NIÑA MUERTA

Historia #32
LA NIÑA MUERTA

Eran las 10 de la noche de un día del año 90', se escuchaban voces y lamentos en la sala de mi casa, estaba todo muy oscuro pero se alcanzaba a ver un par de velas a los lados de la mesa que se encontraba en todo el centro del lugar.
Le habían puesto un mantel blanco, el de las fechas "especiales", pero esta vez no había alguna cena servida en ella, no quería mirar, era extraño, no eran platos ni cucharas lo que estaba encima de la mesa, no era nada servido para nosotros, no era nada de lo que un niño de 8 años quisiera encontrar en la sala de su casa: ERA UNA NIÑA MUERTA.

Muchos de ustedes se estarán preguntando ¿por qué había una niña muerta en la mesa de la sala de mi casa?, sencillo: ÉSE FUE SU VELORIO.

Después de varios días en el Hospital, la niña murió y fue entregada a sus padres. Si nosotros éramos "pobres", esta gente estaba en la ruina, y para ajustar, con un pequeño difunto en sus brazos. Ellos se devolvieron caminando hasta su casa, llorando la ausencia de vida en ese frágil ente, lamentando su partida.

En los barrios "marginales" de Cúcuta era o es normal, no sé, que cuando alguien muere, la comunidad recolecta dinero para comprar el ataúd, y de esa forma, velar al difunto en la sala de su casa.

Primero: esa familia vivía en un rancho que se caía a pedazos.
Segundo: la recolecta fue tan mísera, que casi que no alcanza ni para las velas.

¿Por qué decidieron velarla en mi casa?
La señora llegó a mi casa con la niña en sus brazos, lloraba desgarradamente, nosotros nos asustamos, no entendíamos qué había sucedido. En su lamento, la señora le entregó su pequeña niña a mi mamá que aún no sabía que ésta había muerto.
No quiero imaginar el susto que sintió mi madre al tocar las manos heladas de la bebé.

Recuerdo que cuando se dieron cuenta que no había para el ataúd, ni mucho menos para que la funeraria la "organizara", mi mamá tuvo que tomar las riendas del asunto y se encargó de todo.

La bañó en el lavadero de la casa, recuerdo que le revisó todas las partes de su cuerpo para fijarse que no tuviera ningún golpe, eso lo hizo porque la mamá de la niña decía que en el hospital se la habían matado. Nosotros estábamos viendo todo.

Mi mamá la bañó, la vistió, la peinó, la acostó en alguno de los colchones donde dormíamos, y se fue a arreglar el lugar donde el cuerpo de la niña iba a pasar la última noche con sus padres.

Mi mamá la puso encima de la mesa, le acomodó y oró por la familia.

ESE DÍA APRENDÍ QUE MI MAMÁ TIENE UN TEMPLE DE ACERO.
Bani y yo le dimos 200 pesos al papá para la recolecta y él se compro una cerveza!

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